
Las gafas son un instrumento óptico que está formado por dos cristales, sujetos a una montura, la cual tiene dos patillas para poder ajustarlas al ponérnoslas.
Nos ponemos gafas debido a las posibles trastornos que pueden afectar a nuestra visión, como la miopía, el astigmatismo, hipermetropía o la vista cansada. Las gafas ayudan a corregirlos.
Actualmente la corrección de estos problemas de visión también se realiza con lentes de contacto, que son más cómodas que las gafas, ya que se adaptan perfectamente al ojo y amplían el campo de visión de las gafas.

Estas intervenciones no requieren de ingreso y la anestesia se suministra en forma de gotas en los ojos; su duración no excede de diez minutos y en 24 horas se empiezan a notar los resultados.
Las gafas llevan entre nosotros muchísimo tiempo: se estima que ya los chinos en el lejano siglo X usaban lentes de aumento junto a unas molduras. En el año 1.249, Roger Bacon formuló la primera afirmación acerca del uso de lentes para mejorar la visión.
En Europa se usaron por primera vez las gafas en Pisa (Italia), hacia el año 1.285 y en algunos retratos medievales aparecían personas que llevaban gafas.
Como curiosidad, con la invención de la imprenta se incrementó la demanda de gafas. Las primeras gafas bifocales se construyeron para Benjamin Franklin hacia 1.760, por indicación suya.
Hoy en día existen multitud de ópticas y las gafas se han convertido incluso en artículo de moda, ya que muchas marcas de ropa crean su propia línea de gafas. También las gafas de sol son un clásico accesorio que prácticamente se llevan en todas partes del mundo, y muy importante, nos ayudan a evitar las lesiones oculares provocadas por el sol.
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